Derecho

10 de diciembre de 2024

El salario mínimo en 2025

Por: Stefano Farné y Andrés Escobar.

De acuerdo con la Constitución colombiana y la Ley 278 de 1996, una Comisión Tripartita – presidida por el Ministerio de Trabajo y conformada por representantes del Gobierno Nacional, de las asociaciones gremiales, de las confederaciones sindicales y de pensionados, y de las asociaciones de desempleados -, la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Laborales y Sociales, es la encargada de discutir, proponer y acordar el reajuste del salario mínimo legal vigente para el año inmediatamente siguiente, antes del 30 de diciembre de cada año. De no lograrse un consenso entre las partes, deberá ser el Gobierno quien fije mediante decreto el valor del nuevo salario mínimo, antes del 30 de diciembre.

Según la mencionada ley, complementada por la Sentencia C-815 de 1999 de la Corte Constitucional, los miembros de la Comisión en su decisión deberán tener en cuenta varios parámetros. Los primeros son la inflación del año anterior calculada por el DANE y la productividad señalada por la misma Comisión Tripartita. Además, deberán considerar: la meta de inflación esperada, la contribución del salario al ingreso nacional, el crecimiento del PIB, la necesidad de mantener una remuneración mínima vital y móvil, la función social de la empresa y los objetivos de la dirección general de la economía a cargo del Estado.

            En la práctica, el aumento del salario mínimo se define con base en tres parámetros: la inflación y la productividad, ambas del año anterior, y un valor residual que refleja el poder de negociación de las partes y que en principio debería tener en consideración todos los demás factores.

Sobre el valor de la inflación causada, por lo general, no existe discordia, a menos que exista una diferencia notable entre la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) total y aquella del IPC de ingresos bajos.

Más discusión se da en torno al parámetro de la productividad, tal como sucede en la negociación para el año 2025. Existen notables diferencias entre los valores de la Productividad Total de los Factores (PTF) y otros indicadores de productividad. Por ejemplo, según el informe preliminar presentado por el DANE, en 2024 la productividad laboral por hora trabajada habría aumentado un 3,43% mientras que la PTF lo habría hecho solo en un 1,73%. La misma diferencia se había presentado en 2023, cuando la primera fue de 0,76% y la segunda de -1%. En aquel entonces, sin embargo, los representantes de los gremios y de algunos centros de investigación no presentaron reparos a las cifras calculadas por el DANE.

La misma PTF, que tiende a tomarse como referencia para las negociaciones, es muy variable en el tiempo. Según los informes preliminares presentados a la Comisión de Concertación (que incluyen información hasta el tercer trimestre del año) habría variado 1,19% en 2021, 1,24% en 2022 y -1% en 2023. A los tres meses, con datos anuales completos, estas cifras fueron rectificadas por el DANE a 1,35% en 2021, 0,15% en 2022 y -1,71% en 2023. Si tomamos como ejemplo el año 2023, en términos porcentuales la diferencia fue notable, de 71%.  

El parámetro relativo al poder de negociación de las partes depende de varios factores. El ciclo económico: cuando la economía experimenta un auge los empleadores son propensos a conceder aumentos salariales mayores. También de la implementación de otras políticas económicas. Por ejemplo, si el Gobierno aprueba una reforma tributaria que baja los impuestos a las empresas, los empleadores estarán dispuestos a conceder aumentos salariales más altos. Asimismo, depende de la orientación política del gobierno de turno. El actual tiende a valorar más las propuestas de los sindicatos; gobiernos del pasado eran menos propensos.

En la definición del aumento del salario mínimo para el año 2025 creemos que sea importante tener en cuenta los siguientes puntos:

  1. El salario mínimo en 2024 tendrá un aumento en términos reales cercano al 6%. Este es el incremento más consistente que se haya dado desde 1995, desde que hay negociaciones tripartitas (ver grafica)
  2. La inflación esperada en 2025 es inferior a la realizada en 2024. Este solo hecho favorecerá ulteriores ganancias del poder adquisitivo del salario mínimo
  3. Como se ha mostrado, los datos de productividad calculados por el DANE son muy sensibles a pequeñas variaciones del intervalo de tiempo considerado. Así, en 2024 el crecimiento de la PTF habría sido de 1,73%, pero en 2023 habría disminuido 1,71%. Lo anterior sugiere que lo más sensato para fijar el nuevo salario mínimo es estimar un promedio de su crecimiento de largo plazo. Las cifras de productividad tienden a variar por factores coyunturales, pero no deberían depender exclusivamente de ellos, y tomar un promedio mitiga el efecto de las fluctuaciones de corto plazo.

Algún valor entre 6,5 y 7% podría representar un sensato aumento para el año 2025.

Evolución del salario mínimo real promedio anual. 1995-2024

Fuente: elaboraciones del Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social con base en datos del Ministerio de Trabajo y el DANE.