Derecho

23 de enero de 2025

Una aproximación teórica del rol de la burocracia en el mercado de trabajo

Por: Juan Camilo Villar Otálora.

Desde la crítica de Karl Marx y Friedrich Engels, hasta la reivindicación del concepto realizada por Max Webber y Douglas North, la eficiencia de la burocracia en el mercado de trabajo ha sido ampliamente discutida en el tiempo. Para el caso, el análisis de esta relación es determinante a efectos de comprender las dinámicas económicas y sociales que afectan la generación y formalización del empleo, así como la protección de los derechos de los trabajadores.

La existencia de la burocracia se justifica toda vez que, a través de leyes, decretos y actos administrativos, se estructura y regula el funcionamiento del mercado de trabajo. Así las cosas, es oportuno mencionar que esta es responsable de implementar cierto tipo de políticas las cuales pueden tener un impacto positivo o negativo que dependerá, principalmente, de la eficiencia de las instituciones y de la flexibilidad normativa vigente.

En ese orden de ideas, si bien el establecimiento de medidas como el salario mínimo y las prestaciones sociales son esenciales para la protección de los derechos de los trabajadores, su implementación podría incrementar de manera significativa los costos para las firmas. En la misma dirección, la presencia de rigideces asociadas a regulaciones excesivas y estrictas, dificultan la rápida adaptación de las firmas a los cambios económicos de orden coyuntural.

Aunado a lo anterior, la presencia de múltiples requisitos y tramites que afrontan las firmas con el fin de formalizar sus actividades económicas, así como el enfrentarse a disposiciones fiscales y laborales extensas y complejas, fungen como impedimentos para una correcta generación y formalización del empleo. Por el contrario, se ha documentado que estos costos hundidos fomentan la destrucción del ocupación en todos los niveles.

Al centrarse en el tema de formalización del empleo, en un sistema donde la burocracia es excesiva e ineficiente, la informalidad se convierte en la mejor alternativa para que empleadores y trabajadores desarrollen sus actividades económicas. En ese sentido, aquellas firmas con una estructura de costos acotada y limitada, preferirán operar bajo esta condición incurriendo así en evasión o elusión de impuestos y en el incumplimiento de normativas laborales, tales como contratos formales y pagos a la seguridad social.

Frente a la mano de obra informal, la ausencia de contratos formales y de pagos a la seguridad social generan una afectación negativa a su bienestar. Lo anterior se sustenta en que, además de privársele del pleno goce de los beneficios laborales establecidos por ley, lo cual mantiene la desigualdad y las brechas salariales respecto a la mano de obra formal, promueve diversos escenarios de vulnerabilidad frente a despidos sin justa causa o ante condiciones de trabajo precarias.

Otro aspecto para examinar es el rol de la burocracia como generador de empleo en el sector público. Para el caso, el empleo en este sector se constituye como una representación directa de la burocracia en el mercado de trabajo. Lo anterior ya que, en muchas economías, esta fuente de empleo representa una proporción significativa del empleo total. Asimismo, se caracteriza por una serie de dinámicas particulares que tienen efectos sobre todo el mercado de trabajo.

Bajo estas circunstancias, este tipo de empleo mitiga los efectos asociados a aquellas fases recesivas del ciclo económico dado que absorbe parte de la fuerza de trabajo que el sector privado no puede incorporar. Esta estabilidad laboral puede ser vista como una ventaja dados beneficios laborales más robustos, como los son el pago de primas y cesantías, los aportes a seguridad social y pensiones, la estabilidad contractual, entre otros, que los convierten en un atractivo importante para quienes buscan ocuparse.

Sin embargo, esta estabilidad también trae consigo una serie de desafíos relevantes. Por un lado, la rigidez inherente al empleo público desincentiva la movilidad laboral. Esto se da porque los trabajadores, al priorizar los beneficios por encima de la dinámica de competencia, prefieren permanecer en sus cargos aun si existen mejores oportunidades en el sector privado. Por otro lado, la ausencia de mecanismos de mercado que incentiven la optimización de recursos deriva en una pérdida de eficiencia en temas de productividad en comparación con el sector privado.

Otro punto para analizar es el impacto que el empleo en el sector público ejerce sobre el total de los salarios pagados. En algunas economías, los salarios pagados por el sector público son significativamente mayores que los del sector privado, lo cual genera distorsiones en la asignación del capital humano. Esto no solo afecta la competitividad del sector privado, sino que también refuerza la relación de dependencia entre la economía con estructuras burocráticas poco flexibles.

En síntesis, la burocracia influye de manera directa en las dinámicas del mercado de trabajo, actuando como medio para incentivar la generación y formalización del empleo, así como la protección de los derechos de los trabajadores; pero también actúa como un obstáculo cuando se vuelve ineficiente o excesiva. Un equilibrio entre regulación efectiva y flexibilidad administrativa es clave a efectos de fomentar un mercado de trabajo inclusivo y competitivo que reduzca la informalidad e incentive la movilidad laboral.